Píntate las uñas de heteropatriarcado (traducción)

Postado em: 7th dezembro 2016 por Vanessa Barbara em Traduções

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The New York Times
1 de deciembre de 2016

by Vanessa Barbara

SÃO PAULO — Nunca he entendido del todo el objetivo de pintarse las uñas, pero de todos modos me sorprende cómo se empeñan las compañías de cosméticos para que esta actividad suene interesante. Desde Rusia a Brasil, muchas mujeres se han enfrentado a la dura decisión de escoger entre colores como “Pétalo de rosa”, “Perla matrimonial” y “Rosa champaña”.

Inventar nombres para los productos es una parte crucial en la industria del esmalte de uñas. En lugar de presentar un nuevo color y asignarle el nombre de su pantone o de su código hexadecimal —“¿Me puedes pasar el frasco de #FF001E, por favor?”—, las compañías bautizan cada tono con adjetivos poéticos como “Cereza oscura”, “Amanecer coral” o “Arena del atardecer”. Hasta ahí, bastante indefensos.

Sin embargo, en mi historia imaginaria de los cosméticos, las empresas terminaron rápido con los nombres de objetos comunes con colores obvios y abrieron el camino para frases simbólicas: “Fiji Weejee beige”, “Conchas de las Seychelles”, “Luna de Bombay”, o “En el Amazonas sin remos”, un rosa con tonos de coral y anaranjado que no tienen ningún sentido para una sudamericana (aunque es mucho mejor que el ofensivo eslogan de la marca OPI: “Bésame, soy brasileña”).

Este sinsentido exótico fue el inicio de una caída a las más oscuras sombras del sexismo y la misoginia que vemos ahora en los anaqueles de los salones de uñas.

En algún momento, a un visionario se le debieron ocurrir estos infames juegos de palabras y ahora son un distintivo de los esmaltes de uñas: “Miami beet” (en lugar de beach), “Hotter Than You Pink” (pink en lugar de think) y “But of Corpse” (corpse en lugar de course… el color es un verde metálico con reflejos dorados que no me recuerda, para nada, a un cadáver). Otros se inclinan hacia el sinsentido: hay un esmalte rojo llamado “Blanca Nieves” y un verde llamado “Solo como ensaladas”. También encontré un morado radiante con brillos dorados llamado “¿Existen las sirenas?”.

Pero después abandonaron la necesidad de ser tiernos. En lugar de escoger “Optimista eterno”, preferiría pintarme las uñas con “Almas destrozadas”, “Me salió una cana” u “Hoy no hice nada”; al menos son frases honestas. Otros tres colores deprimentes que empatan perfectamente con mi alma son “No me cierran los pantalones” de Spoiled, “Tantos payasos… tan poco tiempo” de OPI y “Budista amargo” de Smith&Cult. Eso, en mi opinión, debería ser el límite de la creatividad para los esmaltes de uñas.

No obstante, nada puede contener el entusiasmo de aquellos que bautizan los esmaltes. Hace poco decidieron tomar un camino más arriesgado. Comenzó con adjetivos atrevidos como “Fálico”, “Segunda base”, “Entre las sábanas” y “Orgasmo”. Rápidamente escaló hacia la colección XXX de Naugthy Nailz, que incluía “Sueño orgásmico cremoso” y otros demasiado obscenos para publicarlos.

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En Flushing, Nueva York, Michelle Sun y su prima, Jing Ren, se pintan mutuamente las uñas. Credit: Nicole Bengiveno/The New York Times

Por lo visto hay solo una razón para que una mujer se pinte las uñas: atraer la atención de un hombre bueno y guapo, quizá incluso de un millonario. Así es como llegamos a la resplandeciente edad dorada de nombres misóginos de esmaltes que no nada más son absurdos, sino que refuerzan los estereotipos sexistas.

Sephora de OPI ofrece una colección completa que yo llamo “Tonos chovinistas de invierno”. Incluye un color rojo anaranjado llamado “Perdida sin mi GPS” y uno negro llamado “¿Qué es un gato hidráulico?”. También es responsable del catastrófico “Diosa doméstica”, “Cuántos quilates” y “Nunca hay zapatos suficientes”.

La marca Essie también ya empezó: “Dónde está mi chofer”, “Esposa trofeo” y “Dame un anillo”. China Glaze lanzó “Cacería de hombres”, “Rubia boba” y “Cásate con el millonario”. Deborah Lippmann tiene “Antes de que te sea infiel”. Color Club tiene “Están lloviendo hombres”. Uno de los colores más populares de OPI es un tono de rojo que se llama “En realidad no soy una mesera”. Además, Spoiled tiene un esmalte llamado “La tarjeta de papi”.

El año pasado, una de las marcas más importantes de esmalte para uñas de Brasil decidió contribuir con el movimiento global antifeminista de los nombres de esmaltes de uñas. La colección se llama “Hombres que amamos” y es de tan mal gusto que puede competir con las marcas mundiales más famosas: celebra las grandes hazañas de nuestros heroicos esposos y novios. Hay un tono de anaranjado brillante llamado “André preparó la cena”, un morado llamado “Leo me mandó flores”, un gris oscuro llamado “Zeca me invitó a salir” y un plateado: “¡¡Guto me pidió matrimonio!!” (sí, con dos signos de admiración). El eslogan de la colección es: “El tema número 1 de nuestras conversaciones”, el cual es, por supuesto, los hombres, “en seis colores que darán de qué hablar”.

Después de décadas de investigación, al parecer los diseñadores de esmalte para uñas han llegado a una conclusión decimonónica: las mujeres son vanidosas, criaturas soñadoras con un sentido del humor débil y sin habilidad para darse cuenta de que son manipuladas. Nuestra vida está enteramente dedicada a los hombres. Necesitamos conseguir un hombre tan desesperadamente que ponemos todas nuestras esperanzas en un frasquito costoso con una poción brillante y mágica que la manicurista aplica mientras pronuncia un hechizo de amor. Si escogemos un “Tengo una relación” o “Final feliz” en lugar de un simple “Anaranjado anaranjado”, quizá tengamos suerte por la noche.

Con espíritu generoso, mis amigas han sugerido rápidamente otros nombres para la colección Hombres que Amamos. Para la siguiente temporada, la marca podría usar nombres como “Aleluya, Carlos lavó su ropa interior”, “Pedro reconoció a su hijo”, “Lucio pagó la pensión” y, finalmente, “João no me pegó hoy (y seguramente me lo merecía)”.


Vanessa Barbara é cronista do jornal O Estado de São Paulo, editora do site literário A Hortaliça e colunista de opinião do INYT.

Este texto foi publicado em inglês na página A9 do The New York Times do dia 25 de novembro de 2016, com o título: Paint your nails with patriarchy!.